El nacimiento de este espacio reflexivo (así
me gusta llamarlo) es un propósito que vengo desarrollando desde hace ya dos
largos años. Mi corta experiencia en todos los aspectos de mi vida me ha
frenado para abordarlo antes (soy poco atrevido). Sin embargo, resulta ser un buen
método para mantener la continua reflexión en el ámbito arquitectónico: mis
sueños y/o mis preocupaciones. Este mundo tan complejo de diseño no deja de ser
esto último: un sinfín de preocupaciones transformadas en ideas de proyectos, y
si hay “suerte”, en un elemento más dentro de nuestras urbes.
Alguien se preguntará, ¿suerte? Pues sí, suerte. O como lo quieran llamar. Comprendo la indignación que provoca este término, pero visto desde una prudente distancia, comprendo que sea así. Dentro del mundo global en el que nos encontramos “regalamos” artefactos a diestro y siniestro. Sin la menor necesidad de resolver las preocupaciones (arquitectónicas en este caso) que nos atenazan. El empecinamiento en hallar solución a nimios problemas nos nubla la vista, cuando realmente los sencillos no quedan resueltos. En esta situación nace la controversia.
Intentaré dar mi sincera opinión desde este punto de partida. Analizar proyectos, ideas… o debatir propuestas de toda índole, no desde sus tripas internas olvidando su participación en la urbe, sino dando respuesta a mi gran preocupación: qué fue primero, el huevo o la gallina, el urbanismo o la edificación; o la necesidad de retroalimentación entre ambas. ¿La arquitectura hace urbanismo, o es el urbanismo la arquitectura? Mi sueño comienza aquí.
Trabajaré en sumergirles en este firme comienzo de un feliz sueño. No prometo dar solución. Ni lo más mínimo. Sino en sentar unas bases desde donde mis proyectos (paisajistas, urbanísticos, arquitectónicos…), últimamente con escasos frutos, comienzan a cobrar vida. Mis preocupaciones.
Espero llegar a despertar sin sentir que fuera una pesadilla. ¿Será así? Permitidme un tiempo prudente.
Javier Pérez, javiernet04@gmail.com
Alguien se preguntará, ¿suerte? Pues sí, suerte. O como lo quieran llamar. Comprendo la indignación que provoca este término, pero visto desde una prudente distancia, comprendo que sea así. Dentro del mundo global en el que nos encontramos “regalamos” artefactos a diestro y siniestro. Sin la menor necesidad de resolver las preocupaciones (arquitectónicas en este caso) que nos atenazan. El empecinamiento en hallar solución a nimios problemas nos nubla la vista, cuando realmente los sencillos no quedan resueltos. En esta situación nace la controversia.
Intentaré dar mi sincera opinión desde este punto de partida. Analizar proyectos, ideas… o debatir propuestas de toda índole, no desde sus tripas internas olvidando su participación en la urbe, sino dando respuesta a mi gran preocupación: qué fue primero, el huevo o la gallina, el urbanismo o la edificación; o la necesidad de retroalimentación entre ambas. ¿La arquitectura hace urbanismo, o es el urbanismo la arquitectura? Mi sueño comienza aquí.
Trabajaré en sumergirles en este firme comienzo de un feliz sueño. No prometo dar solución. Ni lo más mínimo. Sino en sentar unas bases desde donde mis proyectos (paisajistas, urbanísticos, arquitectónicos…), últimamente con escasos frutos, comienzan a cobrar vida. Mis preocupaciones.
Espero llegar a despertar sin sentir que fuera una pesadilla. ¿Será así? Permitidme un tiempo prudente.
Javier Pérez, javiernet04@gmail.com