jueves, 27 de octubre de 2011

ACUPUNTURA URBANA, Jaime Lerner

Hace ya alrededor de 4 años me recomendaron este libro. Su sugerente título me llamó la atención, por su sencillez, pero por su evocadora descripción en sólo dos palabras, un juego de palabras. Difícil misión la de encontrarlo… hasta que un día navegando por internet me topé con una copia en pdf. Ya sé lo que pensáis… pero las ediciones impresas dejaron de editarse en 2004. Y sinceramente, no iba a perder la oportunidad de saborear estas agradables reflexiones de Jaime Lerner sobre la urbe.

UrbiStudio arquitectura nace desde la inquietud de los artefactos arquitectónicos con respecto a las urbes. ¿Cómo deben ser las edificaciones, elementos, comunicaciones,… para generar una buena urbe? ¿Qué aporta cada uno de ellos para mejorar la ciudad? Creo que este libro puede ser el manual inicial del blog, ya que desarrolla precisamente esta inquietud, tal vez algunos temas desde un punto de vista anticuado, pero no por ello menos interesantes.

¿Qué es para Jaime Lerner la acupuntura urbana? Pues tal y como puedes imaginarte es el aplicar una pequeña aguja (un ínfimo estímulo) para generar una reacción. La aguja, en arquitectura, podría traducirse directamente como una construcción de un edificio aunque no siempre deba ser ésa la materialización. Lo que en realidad importa es, que cualquier transformación en la urbe, se traduzca en un estímulo para la ciudad, generando actividad, reacciones en cadena, recuperaciones de zonas degradadas… convirtiendo al ciudadano no sólo en espectador, sino en actor de la ciudad. Ésa sería la buena acupuntura.

“Muchas veces me quedo observando cómo una gota de miel va reuniendo a las hormigas a su alrededor”

Todo su análisis reflexivo parte de un inicio claro, que podría traducirse también en un fin: dejar patente nuestra identidad en la ciudad. Su intención es la de conseguir que la acupuntura urbana se convierta en un tatuaje representativo por y para la ciudad, haciendo que el ciudadano se sienta partícipe, activa y pasivamente. Un ejemplo claro serían los espacios públicos: “lo que les caracteriza es el sentimiento de pertenecer”. Durante el agradable recorrido que plantea el autor, va esgrimiendo numerosos ejemplos de buena acupuntura utilizando diferentes elementos, desde revitalizar la cuenca de un río como en Seúl, pasando por la utilización de la luz como jerarquía de calles (Curitiba, Brasil), hasta cómo tratar el colesterol urbano (Londres). Y qué decir de su artículo de “la suegra mecánica”. Como podéis observar hace uso de símiles muy claros e incisivos para explicar cada caso.

Mi intención con estas líneas no es la de destripar el libro de arriba abajo, que podría hacerlo (de hecho, lo tengo para uso personal). Sino la de incitar a los lectores del blog a que se hagan con un ejemplar (en bibliotecas, internet…) para poder leerlo con mesura. Ese es mi objetivo final, y del que estoy convencido de que disfrutarán tanto como yo. Y si no lo he conseguido, lean la página 105 del libro (artículo "Amor a la ciudad"), él (Jaime Lerner) sí lo conseguirá.


Autor: Jaime Lerner
ISBN: 978 84 609 6450


Autor: Javier Pérez, javiernet04@gmail.com

2 comentarios:

Alberto dijo...

"Conseguir que la acupuntura urbana se convierta en un tatuaje representativo por y para la ciudad".

No es un mal símil, pero habría que matizar que en ocasiones un tatuaje que es bonito sobre el papel, puede resultar un verdadero desastre en según qué cuerpo o zona del cuerpo. Aplicando ésto a la arquitectura hay que tener siempre presente el lugar, el entorno, su historia y sus características. No es suficiente con provocar reacciones en los ciudadanos ni con proyectar un edificio que sea reconocible -lo que comúnmente llamamos "edificio emblemático"-. La acupuntura urbana alcanzará el éxito si se funde profundamente con el sitio y provoca en quienes lo contemplan la sensación de que ese edificio está en el lugar preciso, y recíprocamente, que ese es el emplazamiento perfecto para el proyecto.

Si tenemos un gran edificio, por muy superlativo que pueda ser, habrá fracasado si tenemos la sensación de que podría estar en otro lugar sin modificación alguna. Quizá si reemplazamos el término "acupuntura" por "cirugía" será más fácil admitir que la mejor cirugía es aquella que no deja cicatrices, ni físicas ni emocionales.

La semana que viene entraré en profundidad en este debate con un ejemplo muy reciente y demasiado evidente: el Metropol Parasol de Sevilla. Espero vuestros comentarios.

Alberto.

Javi dijo...

Los problemas de la cirugía son el antes y después: preoperatorio, anestesia, operación, posoperatorio, recuperación... Dejas a la ciudad débil durante demasiado tiempo. De ahí que el término acupuntura para mí sea más correcto, acarrea menos preparación y es sumamente más rápido.

Dentro del propio libro, hay un tema que se titula "un pinchazo rápido duele menos", en el que, Jaime Lerner, como gobernador de Curitiba, realiza una peatonalización de unas calles comerciales en 72 horas, para que los propios ciudadanos vieran el resultado antes de crearse opinión. Logra que los comerciantes soliciten nuevas peatonalizaciones para calles conlindantes.

Tal vez, la acupuntura no sea válida para todos sitios. Quizá, la cirugía sea mejor término para lugares con mayor degradación. Pero desde mi sincera opinión, primero es conveniente hacer una buena acupuntura, para rematar con una cirugía posterior. Simplemente para que las reacciones y los efectos sean más rápidos.

Sin embargo, para hacer buena acupuntura no es necesario construir nada emblemático. Eso es un paradigma. En muchas ocasiones, esta solución se da cuando no se tienen las ideas claras, como probablemente sea el Metropol Parasol de Sevilla (ya hablaremos de ello), y en otras cuando es necesario. Sino mirad la reacción que provocaron el Guggenheim en Bilbao, o actualmente la Cúpula del Milenio en Valladolid. Esto es buena acupuntura.

De todas formas, valoramos en demasía las reacciones provocadas por un artefacto arquitectónico. Hay muchas otras maneras de acupuntura: colocar vegetación, sacar a la gente a la calle, regenerar cuencas de río, recuperar la identidad de un lugar, acuapuntura, utilización de la luz... y todo esto no necesita de edificación. Sólo de sensatez e imaginación.

Javi.